Respuesta a una falta de respuesta.
He dado tiempo al tiempo para que Pablo Jauralde contestase a mi última respuesta. Porque no quiero que, dada la facilidad con que la suprimió, utilizando el que ¡ya lo había advertido! fantástico sistema de poder eludir en un blog lo que no queremos que los demás sepan, dejó sin rectificación unas afirmaciones falsas de toda falsedad y yo quedé como quien no tiene nada que objetar a ellas. No aludiré esta vez a la ética del sistema, dado que Jauralde presume de justo y bueno (supongo esto por sus referencias a los malos) sino al más elemental sentido de la justicia. No me referiré tampoco a su falta de memoria... Sólo quiero que quede claro que en jamás de los jamases le he pedido que no publicase unos documentos que dice tener sobre don Diego. ¡Por favor! Cualquiera que le conozca sabe que los publicaría sin escrúpulo. Rechazo que yo tenga otro dato incontrovertible (qué horrible palabra) sobre el asunto. Tampoco yo habría dejado de publicarlo. Y sobre todo resulta del peor gusto esa alusión a lo que parece ser un deseo de mi cercana muerte. ¡Ojo, Pablo, que tal vez me precedas en el camino al Paraíso! En fin, para mis posibles lectores: RECTIFICA, POR FAVOR,
Eso sí, ya que eres tan dado a señalar errores y faltas en los demás, me permito darte un consejillo. De esto sí sé porque fui finalista del "Adonais", accésit del "Francisco de Quevedo" y me han publicado (a petición) poemas en muy prestigiosas revistas de poesía: ¿Por qué en un arrebato de humildad, no recuerdas al propio Cervantes, que calificaba de gracia del Cielo el don de ser poeta? Un poeta no hace sonetos cortando línea cada once sílabas sin ton ni son, ni rima cornisa con brisa, ni intercala un ¡pum! cuando le falta ritmo... Don del Cielo, Pablo, don del Cielo.
Algo te diría sobre tu recetario de cocina. ¿De verdad supones que tus lectores están tan interesados por tus conocimientos culinarios? Quienes te leen lo harán por tus investigaciones, siempre interesantes, no por lo importante que les resulte lo que tú escribas sobre una ciudad, una exposición y esas mil cosas (algunas bien desagradables) que estoy segura, se saltan en tu blog.
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